Tardós, Anna (1992). La mano de la educadora. Infancia, núm. 11.
El Instituto Emmi Pikler de Budapest, que conocemos familiarmente con el nombre de Lóckzy, calle en la que está situado, acoge a niños, desde el nacimiento hasta los seis años, que, por razones diversas, no pueden ser atendidos por sus familias.
Para los responsables del centro, la formación del personal es un tema clave, cuidadosamente preparado y llevado a la práctica. La función de maternidad que realizan las educadoras en un contexto diferente al de la familia ha de garantizar una relación personal afectiva con los pequeños capaz de potenciar el necesario desarrollo armónico y equilibrado de su personalidad.
«La mano de la educadora» es un ejemplo de la sensibilidad con que se tratan los menores detalles y del valor que se da a las actitudes aparentemente irrelevantes en este contacto diario y regular adulto-bebé dentro de una atmósfera cálida y extremadamente humana.
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